Foto tomada por: Dani
La misma sonrisa pícara y tímida a la vez, el aroma, esa aroma que se apodera de cada poro de mi piel, su voz, indudablemente era él. Cada sentido lo recuerda, lo reconoce, aun cuando la memoria juró enterrarlo en lo más profundo del olvido.
Es él y no hay duda, aun cuando mis labios no tienen claro el camino hacia los suyos. La tranquilidad que solo me brinda su presencia, esa necesidad de protección que su sombra salvaguarda sobre la mía.
Y la moral que arraigada en sus necias convicciones me impiden unos minutos en el paraíso, me alejan de unos cuantos minutos de felicidad por evitar algunos días de lágrimas, ella sigue firme en su promesa de alejarme de la caída, pero como deseaba caer.
Vuelvo a sonreír, hasta yo me creo las sonrisas, hasta yo me he creído mis palabras. Quizá así sea mejor, debo cumplir la promesa de continuar, sigo siendo viajera hacia nuevos sueños, nuevos brazos, nuevos besos. Sigo despierta, sigo intentándolo. Aun deseo esos segundos en el paraíso, pero una elección tras otra. Quisiera que el sueño me venza para no sobredimensionar la situación, para darle un respiro a mi cerebro, para disfrutar del frío de esta lluviosa noche. Es hora de reinventar incluso los sueños. Días como hoy me vuelvo a preguntar a qué huele el cielo.
Es él y no hay duda, aun cuando mis labios no tienen claro el camino hacia los suyos. La tranquilidad que solo me brinda su presencia, esa necesidad de protección que su sombra salvaguarda sobre la mía.
Y la moral que arraigada en sus necias convicciones me impiden unos minutos en el paraíso, me alejan de unos cuantos minutos de felicidad por evitar algunos días de lágrimas, ella sigue firme en su promesa de alejarme de la caída, pero como deseaba caer.
Vuelvo a sonreír, hasta yo me creo las sonrisas, hasta yo me he creído mis palabras. Quizá así sea mejor, debo cumplir la promesa de continuar, sigo siendo viajera hacia nuevos sueños, nuevos brazos, nuevos besos. Sigo despierta, sigo intentándolo. Aun deseo esos segundos en el paraíso, pero una elección tras otra. Quisiera que el sueño me venza para no sobredimensionar la situación, para darle un respiro a mi cerebro, para disfrutar del frío de esta lluviosa noche. Es hora de reinventar incluso los sueños. Días como hoy me vuelvo a preguntar a qué huele el cielo.
5 comentarios:
ja un momento para recordar. para guardar en la cajita :P
Uff el cielo huele delicioso...un campesino iba por la vereda y vio una gran fiesta, un habitante de la zona le dijo adelante, es usted bienvenido, y el señor dijo: no puedo, tengo un camino que seguir. El hombre siguió avanzando y no pudo dormir pensando que celebrabán en esa fiesta.
¿por qué no te das cuenta a que huele el cielo?
(huele a dolce & gabbana lol)
Me atrevería a afirmar que el cielo huele a algodón de azúcar, depende de quién lo huela y del momento en que lo haga.... hoy a mi me produciría el mejor de los aromas... ;)
cuando deseas algo, ese algo llega a tu vida y tienes el valor de disfrutarlo en ese mismo instante y no dejarlo para despues por miedo a lo que pueda traer como consecuencia , hay es cuando sientes el olor del cielo , cuando estas cerca de alguien especial , cuando sonries solo porque escuchas palabras que haz querido escuchar desde hace mucho tiempo, o simplemente palabras lindas que no pensaste escuchar jamas ...para mi el cielo huele a pasion ,amor combinado con un toque de locura....y el que no se atreve no lo huele jamas!
uffff... huele a la comida de tu mamà a la hora del almuerzo, a la cama tendida cuando llegas de una ardua jornada de trabajo, huele a la toalla recien lavada y calientica, huele a lluvia dominguera viendo una buena pelicula que no te cansas de mirar, huele a noches silenciosas acurrucada al lado de ese alguien especial... huele a hogar...
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