sábado, 25 de diciembre de 2010

El regreso de su amada.

Ya habían transcurrido unas cuantas lunas desde que la soñó por primera vez. En su mente, su imagen cada vez tomaba más forma como si se tratase de un viejo recuerdo del cual su corazón se había aferrado y no dejaba ir.
Cada día alimentaba más el deseo de ver a su amada, transformando aquella silueta sonriente y de ojos expresivos que se había apoderado de sus pensamientos en aquel sueño, en un ser mágico que llegaría a ocupar su corazón. Dedicaba, casi que a diario, un pequeño tiempo para dibujar cómo serían sus valores, las notas y acordes que formarían la melodía de su voz, el olor embriagante de su esencia y la delicada seda que serían las caricias de sus manos. Cuando por fin el boceto estuvo completo, miró a la luna, la misma luna que observó hasta dormirse esperando que eclipsara la madrugada que por primera vez vino a él en un sueño. Entonces pidió al astro nocturno que su amada, cada vez más real, volviera a él en sueños mientras el universo la llevaba a sus brazos en forma mortal.

martes, 27 de julio de 2010


Y finalmente comprendí que para el arte de querer se necesitan dos almas y no dos cuerpos.

miércoles, 23 de junio de 2010

Mentiras vs verdades

He regresado al punto de mi vida en el que estoy consciente que todo cuanto hacemos es la respuesta a una decisión fundamentada en la educación moral, cognitiva y, en ocasiones, contextual recibida.
Todo es acerca de elecciones, decisiones de vida con consecuencias que nos impactan positivamente o negativamente.
Vuelve a la mesa el tema de la verdad, lo relativa que es y la manera en que repercute sobre quien la expresa como quien la recibe. ¿Suavizar la verdad no es acaso mentir? Entre las respuestas recibidas encontré la famosa mentira blanca o piadosa, y que esas están permitidas, esas se dicen por el "bien" de la persona , para "no" herirla. Me lleva entonces a preguntarme si las mentiras al igual que los pecados carecen de escalas, y al igual que es pecador quien roba por hambre como es mentiroso quien miente por el bien de otro.
Las mentiras son simplemente eso, mentiras, sin importar el tamaño, el motivo o el tipo de mentira; por omisión, por acción o por negación todas terminan siendolo.
Y es que la doble moral del ser humano a veces "premia" lo creativo del mentiroso y otras tantas lo juzga como al peor de los hombres. Y es precismamente la dualidad que suscita la que permite indetificar al que miente y a quien le mienten.
Surge entonces otra serie de interrogantes, ¿qué es lo que nos duele dando un fuerte golpe al ego? ¿la mentira como tal? ¿el motivo? o lo que considero la respuesta ¿ la persona que la dice?.
¿ Estará preparado el ser humano para la verdad? ¿Podrá recibirla con total aprehensión y sin resentimientos?
Mejor aún, ¿Estaremos realmente preparados para perdonar? ¿Será que un mundo de verdades sería un mundo sin errores? Francamente no lo creo, incluso llego a pensar que sería un mundo descarado en el que la gente obraría mal libremente porque la verdad se volvió una ley más del estado, de carácter público y obligatorio.Aclaro no estoy de acuerdo con las mentiras, creo que es uno de los estados más bajos y poco recursivos que podemos llegar como seres humanos, pero las equivocaciones más que provenir de la verdad son resultado de lo imperfecto que es el ser humano.

lunes, 11 de enero de 2010

Ya llegará.....

"Mi error fue crearme expectativas sobre un día inexistente. Simplemente no era el día pero ya llegará".

En el peor de los casos se morirán las ganas y posiblemente así se lastimen menos personas.
No he podido encontrar mejor manera de describir esta situación que la tú mismo haz usado; esto parece un carrusel y nos mareamos con tantas vueltas. Un dia si, al dia siguente no, un puede ser, las ocupaciones, la disponibilidad, la falta de paciencia, el exceso de la misma, tus molestias, mis suposiciones y sigue pasando el tiempo y empieza a acabarse la magia. En esto nadie es constante, ni siquiera para soñar o imaginar.
Yo a veces te sueño, son sueños extraños, actuamos como si no hubiera tiempo, sin bloqueos, todo parece tan espontaneo que muchas veces despierto con la sensación que fue real.
A mi me gustan los detalles, tú pareces no notarlos. Lo cierto es que yo me obsesiono tanto con la suma de pequeños detalles que dejo de ver los grandes gestos o al menos los intentos. Sé que soy dura cuando te juzgo, pero tus comentarios tambien son mordaces.
Me pregunto qué pasa con nosotros, es más me pregunto si es correcto afirmar nosotros. Cuando las situaciones están motivadas solo por la piel no se piensa en que pasará luego, pero cuando hay un mínimo de estima en el camino uno reflexiona sobre los actos.